Lun Mar Mié Jue Vie Sáb Dom
Nació en Sevilla en 1532. Poco después de ser ordenado sacerdote, con 30 años, fue nombrado Obispo de Badajoz. Su autoridad entre los obispos se mostró cuando explicó el oficio de los prelados en el sínodo de Compostela. San Pío V lo honró con el título de Patriarca de Antioquía y, poco después, lo nombró arzobispo de Valencia.
Admirable fue su devoción al Santísimo Sacramento. Ante él pasaba todos los días varias horas en oración. Fundó la Iglesia y Colegio Corpus Christi con herencia paterna. Tras 49 años de episcopado, murió en Valencia el 6 de enero de 1611.
El objetivo es ayudar a los catequistas a encontrarse con el Señor y dar pistas para que ellos, de la misma manera, puedan hacerlo con los catequizandos que tienen confiados.

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El Papa Francisco, al concluir el Jubileo extraordinario de la misericordia, pidió que se pensara en “un domingo completamente dedicado a la Palabra de Dios para comprender la riqueza inagotable que proviene de ese diálogo constante de Dios con su pueblo”. El pasado 30 de septiembre hizo pública una carta apostólica en forma de motu pro-prio -Aperuit illis- con la que se instituye el domingo de la Palabra de Dios. En dicha carta, el Papa ofrece unas pistas de cómo hacer realidad esa celebración: «Así pues, establezco que el III Domingo del Tiempo Ordinario esté dedicado a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios. Este Domingo de la Palabra de Dios se colocará en un momento opor-tuno de ese periodo del año, en el que estamos invitados a fortalecer los lazos con los judíos y a rezar por la unidad de los cristianos. No se trata de una mera coincidencia temporal: celebrar el Domingo de la Palabra de Dios expresa un valor ecuménico, porque la Sagrada Escritura indica a los que se ponen en actitud de escucha el camino a seguir para llegar a una auténtica y sólida unidad. Las comunidades encontrarán el modo de vivir este Domingo como un día solemne. En cualquier caso, será importante que en la celebración eucarística se entronice el texto sa-grado, a fin de hacer evidente a la asamblea el valor normativo que tiene la Palabra de Dios. En este domingo, de manera especial, será útil destacar su proclamación y adaptar la homilía para poner de relieve el servicio que se hace a la Palabra del Señor…Asimismo, los párrocos podrán encontrar el modo de entregar la Biblia, o uno de sus libros, a toda la asamblea, para resaltar la importancia de seguir en la vida diaria la lectura, la profundización y la oración con la Sagrada Escritura, con una particular consideración a la lectio divina» (Aperuit illis, n. 3). La Conferencia Episcopal Española ha preparado un material útil que nos ayude a ce-lebrar el próximo día 26 de enero el Domingo de la Palabra de Dios.