El último día del quinario, el viernes 26 de abril, la Hermandad oficia su función principal de instituto. En el ofertorio, todos los hermanos, y en su representación la Junta de Gobierno, realizará protestación pública de fe, mediante ratificación del juramento del voto ante los santos evangelios.
Al finalizar la Eucaristía, se procederá al juramento de reglas de los nuevos hermanos y veneración a Jesús del Gran Poder.
Actos:
-17-18 h.- Confesiones. Habrá sacerdotes en la capilla de la Reconciliación y en la explanada.
-18 h.- Santa Misa en el santuario, seguida de un viacrucis. 50% del aforo.
La Eucaristía puede seguirse en directo por la TDA de Alburquerque y por el Facebook
San Atón, obispo y patrono de nuestro Seminario diocesano, nació hacia el 1075, discutiéndose su cuna entre Badajoz y Pescia. Abrazó la profesión monástica en Vallumbrosa por mandato de san Bernardo de los Ubertos. Su piedad y carácter hizo que en torno al 1120 fuera elegido abad general de la orden bendictina Vallumbrosona.
Elegido obispo de Pistoia en 1133, ejerció con celo apostólico como pastor conservando la propia austeridad de monje. Murió en Pistoia el 21 de junio de 1153.
En la obra Vita Patrum emeritensium, el diácono Paulo nombra dos iglesia con la advocación de Santa María: la catedral y otra que había fuera de la ciudad. La principal era la Catedral, la más antigua y la mayor: “ecclesia seniories, quae vocatur Sancta (María) Hierusalem“. En ella celebraba el Obispo las grandes solemnidades.
En la Bula pontificia Universae Ecclesia sustinentes del 16 de julio de 1994, que eleva la diócesis pacense a archidiócesis de Mérida-Badajoz, se designa Concatedral a la Iglesia citada de Santa María de Mérida.
En su santuario de las Villuercas, la imagen de Santa María de Guadalupe es venerada por los fieles ya desde el siglo XIII. El rey Alfonso XI mandó edificar una amplia y sólida iglesia, cuyo cuidado se encomendó, a finales del siglo XIV, a la Orden de los Jerónimos. Estos religiosos levantaron el actual monasterio para el culto de la Virgen y la atención de los innumerables peregrinos que acudían a venerarla. Finalmente, a principios del siglo XX, el cuidado pastoral de tan histórico santuario mariano fue confiado a la Orden Franciscana. El papa san Juan Pablo II visitó el monasterio el 4 de noviembre de 1982.