Lun Mar Mié Jue Vie Sáb Dom
Nació en Sevilla en 1532. Poco después de ser ordenado sacerdote, con 30 años, fue nombrado Obispo de Badajoz. Su autoridad entre los obispos se mostró cuando explicó el oficio de los prelados en el sínodo de Compostela. San Pío V lo honró con el título de Patriarca de Antioquía y, poco después, lo nombró arzobispo de Valencia.
Admirable fue su devoción al Santísimo Sacramento. Ante él pasaba todos los días varias horas en oración. Fundó la Iglesia y Colegio Corpus Christi con herencia paterna. Tras 49 años de episcopado, murió en Valencia el 6 de enero de 1611.
El triduo comenzará cada día a las 18:45 h., a continuación se celebrará la eucaristía, a las 19:30 h.
Celebración a la que asistirá el arzobispo de Mérida-Badajoz, D. Celso Morga.
Santa Engracia de Braga, virgen que, en el siglo XI, soportando indecibles tormentos, dio testimonio de la fuerza de Dios en la debilidad de lo humano. Fue martirizada en Carbajales de Albas (Zamora). Su cabeza fue encontrada milagrosamente en la laguna del Guadiana a su paso por Badajoz.
San Atón, obispo y patrono de nuestro Seminario diocesano, nació hacia el 1075, discutiéndose su cuna entre Badajoz y Pescia. Abrazó la profesión monástica en Vallumbrosa por mandato de san Bernardo de los Ubertos. Su piedad y carácter hizo que en torno al 1120 fuera elegido abad general de la orden bendictina Vallumbrosona.
Elegido obispo de Pistoia en 1133, ejerció con celo apostólico como pastor conservando la propia austeridad de monje. Murió en Pistoia el 21 de junio de 1153.
En la obra Vita Patrum emeritensium, el diácono Paulo nombra dos iglesia con la advocación de Santa María: la catedral y otra que había fuera de la ciudad. La principal era la Catedral, la más antigua y la mayor: “ecclesia seniories, quae vocatur Sancta (María) Hierusalem“. En ella celebraba el Obispo las grandes solemnidades.
En la Bula pontificia Universae Ecclesia sustinentes del 16 de julio de 1994, que eleva la diócesis pacense a archidiócesis de Mérida-Badajoz, se designa Concatedral a la Iglesia citada de Santa María de Mérida.
En su santuario de las Villuercas, la imagen de Santa María de Guadalupe es venerada por los fieles ya desde el siglo XIII. El rey Alfonso XI mandó edificar una amplia y sólida iglesia, cuyo cuidado se encomendó, a finales del siglo XIV, a la Orden de los Jerónimos. Estos religiosos levantaron el actual monasterio para el culto de la Virgen y la atención de los innumerables peregrinos que acudían a venerarla. Finalmente, a principios del siglo XX, el cuidado pastoral de tan histórico santuario mariano fue confiado a la Orden Franciscana. El papa san Juan Pablo II visitó el monasterio el 4 de noviembre de 1982.