En las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Mérida

Sor Águeda es la 2ª por la izquierda de la fila de abajo

El pasado 30 de abril, las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Mérida se vistieron de gala, porque sor Águeda Carreras Medrano celebró sus bodas de platino. 75 años de vida entregada a Dios y a sus hermanos desde 1943.

Sor Águeda, como su fundadora santa Teresa Jornet, “no ha hecho milagros, ni ha tenido éxtasis, no ha escrito libros, ni nada especial”. Ha hecho especial las cosas sencillas de cada día, y es que, como dice el libro de “El Principito”: “lo esencial está oculto a los ojos”, y lo esencial en sor Águeda ha sido el amor. Su vida ha sido una dedicación cada día, de forma sencilla, durante 75 años, al cuidado amoroso de los ancianos.

Sor Águeda nació, el 5 de febrero de 1925, en Reinosa (Santander) en la familia formada por D. Mariano, trabajador en Renfe, que murió cuando nuestra protagonista solo tenía 4 años de edad, y Dª Maximina, que, como viuda, tuvo que hacerse cargo de su familia y de sus hijos: Tomasa, Teresa y Mariano, tanto en lo material como en lo espiritual. Fue en Reinosa donde aprendió sus primeras letras, en la escuela de las Hijas de la Caridad y sus primeras oraciones de su párroco D. Olegario. Después de la 1ª Comunión, acudía a misa, a diario, a las 7,30 h. Y fue en Reinosa, también, donde conoció a las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Palencia que iban, en muchas ocasiones, a pedir limosna para su Residencia de mayores.

Más tarde, su confesor y profesor de Religión, consiliario de la Acción Católica en Reinosa, D. Fortunato, la invitó a conocerlas y, después de conocerlas, fue admitida como postulante en Palencia en 1943, haciendo el Noviciado y emitiendo, al terminar este, sus votos simples, y en el 1946 hizo sus votos perpetuos. Una vez hechos sus votos va a la Casa Madre a Valencia y, desde allí, comenzó su recorrido por varias casas de las Hermanitas: Toledo, Huesca, Huelva, Badajoz, hasta que hace 45 años, en 1976, llegó a Mérida, donde, como ella misma dice: “he sido y soy muy feliz”. “Hoy, como tengo mucho tiempo, rezando mucho, hasta 7 rosarios”, dice con una sonrisa. “Quise conocer más cada día a Jesús y lo he conocido con creces, quise darle todo a Él, y Él me ha dado a mí el 101%. Y lo he servido en sus preferidos, los más desamparados, ayudada por nuestra Madre la Virgen de los Desamparados”.

Sor Águeda, muchas felicidades y que siga amando a Dios y al prójimo como Cristo te ha enseñado en su Evangelio y enhorabuena, sabiendo que tu vida fiel es, para muchos, un ejemplo a seguir, y para ti un camino de santidad.

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