Ayer domingo, en la solemnidad de Cristo Rey, D. José Rodríguez Carballo presidió su primera Eucaristía como Arzobispo coadjutor en la Concatedral de Mérida, que estaba repleta de fieles que le quisieron acompañar. Además, la misa estuvo concelebrada por el cardenal Joao Braz de Aviz, brasileño y prefecto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, D. Luis Gerardo Cabrera, arzobispo de Guayaquil (Ecuador) y presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, D. Amadeo Rodríguez Magro, y los sacerdotes que desempeñan su labor pastoral en Mérida.

También asistió D. Celso Morga, que al iniciar la Eucaristía dio la bienvenida a D. José Rodríguez Carballo y le dijo que «Mérida nos habla de los primeros cristianos y fidelidad al Evangelio en la época visigoda». El Arzobispo de Mérida-Badajoz dio las gracias a Dios y a D. Antonio Montero por «la recuperación de Mérida como sede apostólica» y recordó que «estamos a las puertas del Año Jubilar Eulaliense».

Sobre el inicio de este Año Jubilar, el próximo 10 de diciembre, también habló D. José Rodríguez en su homilía del que recordó «todos estamos convocados» y apuntó a tres pasos que deben guiarnos durante esa celebración: «memoria agradecida al pasado, esperanza por el futuro y vivir el presente con pasión. Esa pasión es la clave para vivir este Año Jubilar Eulaliense».

En cuanto a esa memoria agradecida al pasado, el nuevo Arzobispo coadjutor afirmó que «Mérida, en gran parte, es tierra sagrada porque nuestros paisanos regaron esta tierra con su sangre». Por eso, invitó a vivir este tiempo «con gozo y con el deseo de ser el testimonio de fe que nos pide Jesús, sin avergonzarnos de ser cristianos».

Sobre esa esperanza por el futuro, D. José reconoció no mostrarse optimista viendo las guerras, la pobreza que hay en el mundo, pero «no nos puede faltar la esperanza, que es un distintivo de los cristianos» porque ésta se apoya en Cristo.

Sobre vivir el presente con pasión, el Arzobispo coadjutor apuntó que esa «pasión definió a Eulalia, dio la fuerza a los mártires y a los misioneros. Un cristiano o está enamorado de Jesús o se apaga y desala».

Finalizó su homilía remarcando que «hay que trabajar juntos, codo con codo, aunque eso, a veces, sea molesto y nos haga ir más despacio, pero soñemos juntos para que esos sueños se realicen».

A la misa asistió el Alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, y miembros de la Corporación Municipal. También estuvieron presentes familiares de D. José Rodríguez y miembros del Dicasterio para la Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, donde D. José ha sido Secretario hasta su nombramiento como Arzobispo coadjutor.

Los coros «Manuel Domínguez» de la Basílica de Santa Eulalia, el de la Concatedral y el «Francisco Barroso» de la Catedral de Badajoz, dirigidos por Fernando Domínguez y Ángel de Miguel, como organista interpretaron varias piezas durante la celebración.

Al término de la misma, los asistentes pudieron saludar a D. José Rodríguez Carballo, entre ellos, estaban las hermanas de D. Antonio Montero, primer Arzobispo de Mérida-Badajoz, que está enterrado en este templo.

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