Estela Martín, joven de Cáceres vinculada a la comunidad de Taizé, nos ayuda adentrarnos en el misterio de la hospitalidad, de la acogida verdadera. Ella lo vive en su espiritualidad y en su profesión de enfermera. Ella testimonia que la unidad solo es posible por el camino de la acogida sin límites al otro.

Comenzar por la acogida ejerciendo la hospitalidad es adentrarnos en el misterio de la unidad verdadera. Así hizo Dios con la humanidad adentrándolos como huéspedes queridos en su paraíso. A lo largo de la historia Dios se ha mostrado en los peregrinos y los viandantes, Abraham lo entendió al acoger aquellos caminantes y ver que eran los ángeles de un Dios que le iba a dar vida haciéndolo fecundo. Y como peregrino y caminante se hizo carne el Padre en el Hijo, que vino a este mundo, a esta casa, a los suyos… pero solo los que lo acogieron se descubrieron como hijos de Dios. Hoy Él está en los peregrinos y huéspedes que deambulan buscando la vida, cada vez que nosotros los recibimos en casa al caer la tarde, Él parte el pan y nos damos cuenta que ahí estaba el Señor. Cada vez que lo hacemos con uno de los más pequeños y necesitados de la historia lo estamos haciendo con Él. No hay mejor modo de ser cristiano: acoger sin juzgar. Se trata de ser verdaderos prójimos.