Bajo el cielo claro de la Sierra de Tentudía, en el punto más alto de nuestra diócesis, más de 200 personas se reunieron este domingo en torno a su pastor, Don José, arzobispo de Mérida-Badajoz, para celebrar la Jornada Diocesana del Tiempo de la Creación. Un día de encuentro, oración y compromiso por una ecología integral, vivida desde la fe, la comunión y el amor a la tierra extremeña.
La jornada comenzó con la acogida fraterna y el recorrido del Vía Creationis, ocho estaciones de contemplación y reflexión a la luz del Génesis y del libro de la Ciencia, elaborado por el movimiento Profesionales Cristianos. Los participantes, entre cantos y oraciones, caminaron entre los montes de Tentudía reconociendo en cada elemento natural —la tierra, el agua, el aire, la vida— la huella del Creador.
El momento central fue la Eucaristía de la Creación, recientemente aprobada para este tiempo litúrgico, presidida por el Arzobispo y concelebrada por el vicario de Evangelización, Francisco José Andrades Ledo, y José Moreno Losada, delegado de Ecumenismo, Diálogo Interreligioso y Ecología Integral.
Las palabras de acogida corrieron a cargo de D. Elías López Contreras, hermano mayor de la Cofradía de la Virgen de Tentudía, quien expresó su agradecimiento al arzobispo y a los organizadores “por el esfuerzo y el trabajo realizados durante todo el año”.
La Eucaristía puso en el centro el valor de la persona, el cuidado de la creación y el compromiso con una ecología integral, que fomente la armonía con todo lo creado. En ella, las ofrendas expresaron la diversidad y la belleza de la vida: la Iglesia, el mundo rural, la familia, los mayores, los jóvenes, la universidad, la vida religiosa, la inteligencia artificial y la acción social de Cáritas. Todo se unió como símbolo de un mismo compromiso: cuidar la casa común y trabajar por la paz, la justicia y la dignidad de todo ser humano.
En su homilía D. José conjugó varios verbos sobre la ecología integral: contemplar, para eso es necesario recuperar la capacidad del asombro y mirar la naturaleza con los ojos del corazón; cuidar, para ello es necesario responder a la vocación, la llamada que el Señor hizo al hombre en el momento de la creación; cultivar la tierra, el hombre no es amo de la creación sino es un cuidador del jardín de la creación; y celebrar la creación, reconociendo en ella la mano del Creador. Además, el Arzobispo subrayó que la ecología integral tiene que poner en el centro el cuidado de la persona humana y defender la vida siempre desde su concepción hasta “la visita de la hermana muerte corporal”. Denunció que “no se puede ser ecologistas solo de una parte de la creación, sino que tiene que integrarse tanto el hombre como las demás criaturas y vivir armónicamente”.
La Coral de Monasterio acompañó musicalmente cada momento litúrgico, concluyendo con la entonación
del Himno de Extremadura y un canto a la patrona de la comarca.
El encuentro finalizó con una comida compartida y solidaria, consistente en una paella cuyos beneficios se destinaron a un proyecto diocesano de Cáritas en Perú, gesto que simbolizó la fraternidad y el compromiso con los más necesitados.
El comunicado final del encuentro recordó la riqueza natural y espiritual de Tentudía, “santuario de la flora pacense”, y nos invitó a reconocer en la creación la mano de un Dios Creador que nos llama a la contemplación y a la acción. Desde lo alto de la sierra, los participantes alzaron una mirada de fe y compromiso: “No somos dueños, sino custodios; no conquistadores, sino hermanos de todo lo creado. La justicia y la paz no son solo ideales, sino tareas cotidianas que construyen el Reino de Dios en nuestra tierra.”
En el décimo aniversario de Laudato Si’, la archidiócesis renovó su compromiso por una ecología integral que una la fe, la ciencia y la vida, con el deseo de seguir trabajando —desde Extremadura y con el corazón universal de la Iglesia— por un mundo reconciliado con Dios, con la naturaleza y entre los hombres.