En su santuario de las Villuercas, la imagen de Santa María de Guadalupe es venerada por los fieles ya desde el siglo XIII. El rey Alfonso XI mandó edificar una amplia y sólida iglesia, cuyo cuidado se encomendó, a finales del siglo XIV, a la Orden de los Jerónimos. Estos religiosos levantaron el actual monasterio para el culto de la Virgen y la atención de los innumerables peregrinos que acudían a venerarla. Finalmente, a principios del siglo XX, el cuidado pastoral de tan histórico santuario mariano fue confiado a la Orden Franciscana. El papa san Juan Pablo II visitó el monasterio el 4 de noviembre de 1982.
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