La pandemia obligó a cancelar los tradicionales campamentos Damasco y Emaús

Este verano está siendo diferente parta todos, también para la Delegación episcopal para la Pastoral Juvenil acostumbrada a celebrar masivos campamentos para niños y jóvenes, como son Damasco y Emaús, que este año no se han podido llevar a cabo debido a la pandemia del coronavirus. Pero esto no ha impedido que desde esta Delegación se hayan propiciado experiencias de encuentros con Dios, distintas pero también muy intensas.
Así, 60 jóvenes animadores, divididos en dos tandas, están participando estos días, hasta el 7 de agosto, en unos campamentos en Solana de Ávila, en los que tienen cabida la formación, las celebraciones, juegos, dinámicas y mucho tiempo de oración personal.
El delegado episcopal para la Pastoral Juvenil, Antonio Jesús Marín Romo, apunta que en estos campamentos “hemos podido ser y sentirnos iglesia diocesana y han servido también para afrontar el reto del próximo curso pastoral con ilusión y ganas de seguir arrimando el hombro en la construcción del Reino”.